¿Qué ves cuando me ves? Lo que proyectan Massa y Milei
Sergio Massa y Javier Milei arriba del escenario poselectoral de este 22 de octubre dejaron impresiones muy diferentes. Hubo diferencias importantes no solo en el contenido de los discursos y el posicionamiento para lo que viene, sino también en la imagen proyectada.
¿Qué ve la gente cuando ve a los candidatos? Esa pregunta tiene que ser siempre una guía para quienes se dedican a la comunicación política. El conjunto de estímulos visuales, desde lo gestual hasta el fondo del escenario, pasando por la vestimenta y quienes acompañan arriba del escenario, forma parte de un todo que debe apuntar hacia el mismo lado: la proyección de la imagen que queremos posicionar en la mente de las personas.
Este domingo Sergio Massa se proyectó como futuro presidente de los argentinos. Aún cuando el resultado está lejos de ser concluyente y Javier Milei tiene posibilidades de ser presidente, la forma en la que se paró Massa, y lo que dijo, es de futuro presidente.
Veamos. Massa salió al escenario completamente solo. Con la soledad de los líderes. Qué transmite quién y cuántos acompañan arriba de un escenario tiene mucho que ver con las circunstancias. En una derrota la soledad puede transmitir debilidad. En una victoria, fortaleza y liderazgo. El caso de Massa ayer fue sin dudas el segundo.
El contenido del discurso, con la promesa del gobierno de unidad nacional, estuvo en sintonía con todo lo visual: desde el fondo con la bandera, la marca de Unión por la Patria y las banderitas de argentina y remeras de la selección de fútbol repartidas entre el público presente. La argentinidad al palo, como dice la canción de la Bersuit, reversionada en “con Sergio Tomás ganamos”.
La noche del 22 de octubre no fue buena para Javier Milei, incluso más allá del resultado. La principal fortaleza del libertario, un discurso claro y conciso contra la casta, quedó desdibujada con un golpe de timón en donde la palabra “kirchnerismo” sencillamente reemplazó a “casta”.
Milei no vendió futuro. La imagen que dejó fue la de alguien que no estaba preparado para este escenario y cuya narrativa, en la cual la esperanza de un futuro mejor descansaba en la posibilidad de terminar con el modelo de la casta, se vino abajo. De ahí que su discurso careció de futuro y se posicionó simplemente como un opositor al kirchnerismo.
El cambio de discurso posiblemente lo daña a Milei en otra de sus fortalezas: la credibilidad. No solo pasó de ser el único anticasta a ser un antikirchnerista más. Pasó a tirar puentes con los que hasta ayer eran adjetivados de la peor manera. Ahí hay una fractura discursiva que puede haber dejado expuesto el hueso de la sobreactuación y un cálculo político flojo de convicciones.
Pero, en primer lugar, habrá que esperar para ver si realmente ese cambio de discurso tiene lugar o lo de la noche del domingo fue solo un momento. En segundo lugar, habrá que esperar para ver si lo dicho arriba es lo que realmente parte de sus votantes ven y sienten ante el cambio de discurso. La credibilidad es un bien escaso en tiempos de crisis de representación. Y es un atributo que lleva tiempo construir, pero es fácil de destruir.
Otro punto de marcado contraste entre ambos fue la duración y los distintos contenidos de los discursos. Massa abordó distintos temas, segmentando su discurso e interpelando directamente a distintos sectores. Habló más de 27 minutos y, aunque podría haber sido un poco más breve, quedó claro que tenía mucho para decir.
Milei habló escasos 6 minutos, casi sin salirse del tópico del antikirchnerismo. Un discurso lejano a los problemas de la gente, o en donde en todo caso estos son fruto de la corrupción kirchnerista. Fue poco propositivo y pareció, a fin de cuentas, tener poco para decir. La proyección de liderazgo quedó diluída.
Las ideologías y las identidades políticas existen, y en el caso de Argentina son bastante fuertes. Pero no se tiene que perder de vista que en última instancia lo que se eligen son personas. Son candidatos. ¿Quién quieren los argentinos que sea su próximo presidente?¿Quién quieren que sea el líder de la nación para los próximos cuatro años? Cómo se proyecta cada uno de los candidatos es central en una elección presidencial.
Quien cometa menos errores y haga coincidir mejor la imagen que proyecta con el anhelo del tipo de presidente que quieren los argentinos, tendrá más chances de ganar.