Mala praxis y un voto entre la ilusión y el “a pesar de”
El triunfo de Javier Milei es antes que nada producto de la mala praxis gubernamental de lo que fuera el Frente de Todos. Desde los tiempos en donde Alberto Fernández detentaba no solo la banda presidencial sino también el poder, hasta el último año de su gobierno, con Sergio Massa centralizando crecientemente la toma de decisiones, pasando por las cartas, vetos y echos de Cristina Fernández de Kirchner. El problema estuvo siempre del lado de la lapicera.
Hay múltiples momentos que se pueden marcar de estos cuatro años, puntos de una espiral política y económica en caída, como Vicentín, la foto en la Quinta de Olivos y, la más importante de todas: la batalla contra la inflación. Al margen de la cita puntual, la inflación es el gran tema agravado en los últimos cuatro años. La batalla que nunca comenzó.
Alberto Fernández puede evocar algunos atenuantes en defensa propia. La pandemia es la principal, la grave sequía del último año, el otro. Pero eso no lo exime de responsabilidad de la mala gestión. Además, tampoco hubo claridad en la comunicación gubernamental para explicar algunos de esos atenuantes, como la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Ni siquiera para atribuirle la paternidad a Mauricio Macri.
Después del 30% en las generales, la enorme mayoría votó a Javier Milei con este fracaso del extinto Frente de Todos como motivo central. La necesidad de algo nuevo se impuso. Una segunda capa de motivos del voto en favor del libertario la recubren las motivaciones más ideológicas de un electorado que desea que el cambio sea grande. Hay otros motivos que son minoritarios, y que hacen más a su núcleo del 30%, donde Milei despierta una fuerte esperanza.
Ganó el outsider, por primera vez desde el regreso de la democracia. Ese no es un dato menor, por lo que explica del proceso y por lo que permite avizorar hacia delante.
Hasta dónde llega el apoyo social al presidente electo es un interrogante importante. En principio lo que puede decirse es que dadas las circunstancias hubo una participación importante, algo que es sano para los 40 años de democracia. De ahí a acompañar cada una de sus propuestas hay un trecho.
En general las coyunturas electorales traen consigo análisis que ponen la lupa en los motivos del triunfo y la derrota. Casi nunca se pone bajo la lupa los “a pesar de”. Javier Milei ganó a pesar de muchas de sus propuestas radicales. El voto “a pesar de” muchas de sus propuestas e ideas tal vez sea por considerar que estas no serán aplicadas. Tal vez por considerarlas un riesgo aceptable. Pero muy probablemente sea por ponderar que lo más importante era clausurar la posibilidad de continuidad de la mala praxis actual.