Las palabras del poder: un análisis del vocabulario libertario
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Cada nuevo gobierno trae consigo no solo una mirada acerca del país, sino también un vocabulario que refleja esa forma de ver la realidad política, social y económica. Ese nuevo vocabulario, las nuevas palabras que pasan a engrosar el diccionario de la discusión pública, constituyen la identidad de cada gobierno y lo diferencian de sus antecesores. Las palabras pintan el clima de época.
En el 2003, con Néstor Kirchner aparecieron o cobraron relevancia conceptos como democratizar, ampliación derechos, derechos humanos y soberanía. Con Mauricio Macri, mérito, diálogo, cambio e inversiones. Mientras más robusta es la estructura narrativa y comunicacional de gobierno, más nítido y diferenciado su vocabulario. No casualmente, Alberto Fernández -con una narrativa política casi endeble- careció de un vocablo fuerte y sus consignas fueron mayormente un refrito de las consignas kirchneristas en formato de baja intensidad.
La gran innovación de Javier Milei ha sido introducir la palabra casta en nuestro vocabulario diario. Esa es la piedra angular de toda su narrativa. Casta se relaciona con privilegio, y emerge ahí uno de los valores centrales de La Libertad Avanza, aunque poco comentado, que es la igualdad. Existe una referencia indirecta pero constante a la igualdad. Sin mencionarla, colocándola como oposición implícita a los privilegios de la casta.
En el esquema libertario los privilegios se relacionan a su vez con otro concepto clave: la burocracia. El presidente habla de burócratas, quienes serían funcionales al modelo empobrecedor. El Banco Central, por ejemplo, no debería llevar adelante ninguna política monetaria ni fijar la tasa de interés. Esto último lo debería hacer libremente el mercado. El BC es el summum de la burocracia, algo que no debería existir, de acuerdo al ideario libertario.
A su vez, esto se relaciona con el concepto de libertad, como algo contrapuesto a los burócratas. Los corderos son rebaño; los leones son valientes para ser libres. La libertad aparece, también, como oposición al modelo socialista o comunitarista, que requiere de más Estado y más control sobre el mercado. La libertad, palabra clave para Milei, está en clara oposición con Estado y regulación.
En los últimos discursos, el presidente le quitó centralidad al concepto de la casta y trazó la oposición con el populismo. En sus palabras en el Foro Económico de las Américas apenas mencionó una sola vez a la casta y se refirió en seis ocasiones al populismo. No obstante, “la política” como significante antagonista estuvo presente. “Todo esto lo podemos hacer a pesar de la política, es decir, a pesar de todos los palos en la rueda, a pesar de todas las porquerías que nos hacen”, sostuvo al realizar un balance de sus logros de gestión.
Milei hizo campaña con la motosierra, pero una vez en el gobierno introdujo la “licuadora”. Licuadora y motosierra sintetizan dos grandes pilares del reordenamiento económico en curso. Y si de economía hablamos, el presidente tiene un discurso cargado de definiciones en esa materia. Mercado, déficit, crecimiento, son algunas de las palabras más usadas en su repertorio, y también otros conceptos más complejos para el público en general, como base monetaria o arrastre estadístico.
Estos conceptos económicos más complejos, sumados a los diagnósticos habituales que ofrece, respaldados por numerosos datos y estadísticas, fortalecen su imagen de economista. A menudo, esto puede llevar a la audiencia a sentirse «cegada por la ciencia» (blinded by science), generando la impresión de que lo que expresa es veraz, aunque no todos logren comprender completamente su discurso.
Estos conceptos y palabras claves son los nodos de sentido a partir de los cuales un gobierno construye su discurso y su narrativa de gestión. Lo diferencian de los gobiernos anteriores y del resto del sistema político, proveyendo un marco conceptual para interpretar la actualidad y permitiendo proyectar el rumbo a seguir. Como diría Milei: “Los argentinos decidieron dejar de ser corderos y decidieron ser leones. Por lo tanto, hay esperanza porque los argentinos están abrazando las ideas de la libertad. Argentina sí tiene futuro, porque ese futuro es liberal”.