Decir poco, decir mejor
En ocasiones procuramos decir muchas cosas de una sola vez, buscamos justificar con más de un argumento una postura o acción determinada o endilgarle a los adversarios más de un atributo negativo. Todo en una misma ocasión o en un mismo momento de la discusión pública.
El resultado de eso es que los distintos mensajes se pierden en esa pluralidad, se anulan mutuamente en la competencia por ser entendidos y recordados. Nuestro mensaje principal, si es que hay uno, pierde fuerzas y con él toda nuestra narrativa. El público termina siendo más permeable a la narrativa propuesta por los adversarios.
Un ejemplo de esto fue el paro general de la CGT, el 24 de enero pasado. No hubo un mensaje único ni una coordinación entre los distintos voceros. Eso redundó en que la medida de fuerza terminara siendo vista como una oposición general al gobierno más que contra algunas políticas puntuales, con el detalle no menor de que se trataba de un gobierno recientemente elegido.
Para los trabajadores el resultado fue positivo por la contundencia de la movilización. Pero de cara al conjunto de la opinión pública, el saldo fue que en parte se impuso la narrativa oficialista según la cual la CGT no hizo nada en cuatro años contra Alberto Fernández y se movilizó en apenas tres meses contra Javier Milei. Es decir, según la narrativa oficialista, fue una medida puramente política y orientada a mantener los privilegios.
Quizás la CGT tendría que haber dicho menos, pero mejor. Podría haber puesto un mensaje principal claro y contundente: no a la reforma laboral por DNU. Después de todo esa medida del gobierno fue la que detonó el paro general del 24 de enero y la que sintetizó la rápida, fuerte e inédita embestida de un gobierno contra los trabajadores.
Por eso, es fundamental definir con claridad qué queremos comunicar desde el principio, centrándonos especialmente en identificar nuestro mensaje principal. Este mensaje debe estar cimentado en nuestras fortalezas y dirigirse directamente a las debilidades del adversario. Nuestro objetivo es que se instale en la opinión pública, fortaleciendo nuestra narrativa y resultando difícil de refutar. Decir poco, pero decir mejor. Esa es la cuestión.