Sobre hipótesis electorales: el desencanto con Milei y un electorado disponible
El sociólogo Gino Germani explicaba que la emergencia del peronismo en Argentina está vinculada al surgimiento de las «masas disponibles», un grupo social compuesto principalmente por trabajadores rurales y migrantes que se trasladaron a las ciudades durante el proceso de industrialización. Estas masas no estaban integradas políticamente y carecían de lealtades partidarias previas, lo que las hizo receptivas a las propuestas populistas de Perón. Según Germani, el peronismo logró movilizarlas al ofrecerles inclusión social y derechos laborales, convirtiéndose en un canal para sus demandas.
La idea de “masas disponibles” puede ayudarnos a tener una aproximación a lo que está sucediendo en la Argentina de la actualidad. Milei, más que masas, encontró un “electorado disponible”. Veamos el fenómeno más detalladamente.
La grieta fue la gran dinámica que organizó la política argentina durante más de una década. Desde 2015 en adelante, la grieta se solidificó electoralmente a nivel nacional en dos grandes opciones con pequeños cambios, que en el último trecho estaba representada por Juntos, de un lado, y Frente de Todos, del otro. En 2023, Javier Milei le puso fin a ese orden apropiándose de votantes de ambos sectores. Votantes desencantados a ambos lados de la grieta.
¿Quiénes fueron esos votantes? básicamente se pueden identificar dos grandes grupos. Sectores de clase media desilusionados con el macrismo, deseosos de cambios radicales y sin medias tintas. Votantes, también, más radicalizados ideológicamente y, en ese sentido, más identificados con lo que era el ala dura del PRO, la de Patricia Bullrich. Así, Milei penetró en la clase media, la gran fortaleza electoral del macrismo.
El otro sector está compuesto por un votante popular que históricamente se inclinaba por el peronismo. Ahí también no solo hay un quiebre debido a la desilusión del gobierno peronista, sino que también hay un quiebre cultural. Existe un apartamiento palpable de la agenda progresista. Los valores conservadores que expresa Javier Milei son más cercanos a este votante.
Pero si Milei ganó 2023 apropiándose de estos votantes disponibles, todavía nada garantiza que pueda fidelizarlos para 2025. Parece que falta mucho, pero en verdad la batalla por el posicionamiento de las distintas figuras ya comenzó. Uno de los primeros casos es el de Guillermo Moreno. El exfuncionario del kirchnerismo claramente intenta posicionarse como una opción para el mileista desencantado del día de mañana. De ahí su confrontación con “lo progre” y hasta incluso algún centro a Victoria Villarruel.
Todos los modelos económicos, y mucho más los de épocas de vacas flojas, dejan ganadores y perdedores. Los éxitos económicos -como la caída de la inflación- también pueden ser relativos y tener impacto desigual en el entramado social. El interrogante, entonces, está en hacia dónde irán los votantes desencantados de Milei. ¿Qué otros votantes podrá sumar a su coalición social y de dónde saldrían? ¿Los desencantados con Milei volverán al peronismo?
A estos cambios electorales hay que sumarles los cambios sociales que está atravesando la Argentina. Nuevos pobres, clase media en decadencia, crecimiento de los desempleados, más indigentes (con la posibilidad de quedar excluidos, también, de las elecciones). Todo eso será un combo para 2025.
La sociología política está en un momento de profunda transformación. Eso abre las posibilidades para nuevas fidelidades partidarias, como podría suceder en caso de éxito de La Libertad Avanza, o también de la continuación de una masa de votantes a disposición de nuevos liderazgos. Aunque no parezca, 2025 ya comenzó.