El nuevo juego electoral: consecuencias de la Boleta Única Papel
Noticia política en 2024; novedad para los votantes en 2025. La aprobación a comienzos de octubre de la Boleta Única Papel (BUP) significa un cambio de alto impacto para las elecciones nacionales del año que viene. La BUP, ya aplicada en algunas provincias, plantea una serie de implicancias que podrían favorecer o perjudicar a distintos partidos y actores.
Uno de los aspectos positivos más destacados es el aumento de la transparencia. Este sistema anula el riesgo de prácticas fraudulentas como el robo o la adulteración de boletas. Al unificar la oferta electoral en una sola boleta, se mejora la fiscalización del proceso y se asegura que todas las opciones estén representadas de manera equitativa, eliminando la posibilidad de que un partido o candidato quede en desventaja por cuestiones logísticas. En ese sentido, favorecería a las fuerzas más chicas y con menos estructura.
No obstante, el aumento de la transparencia viene acompañado de un mayor grado de confusión entre los votantes. Para muchas personas, la boleta única presenta un cambio brusco en la forma de votar. A diferencia del sistema tradicional, donde las listas de los partidos están separadas y fácilmente identificables, en la BUP todas las candidaturas se concentran en una sola hoja, lo que puede generar dudas al momento de seleccionar las opciones correctas. Este escenario podría impactar sobre todo a los votantes menos familiarizados con el nuevo formato, así como a aquellos con menor acceso a información o educación política. Esto pone sobre la mesa el desafío de educar a la ciudadanía respecto al nuevo sistema de votación.
Relacionado con lo anterior, uno de los principales efectos que se espera con la implementación de la BUP es el incremento en el porcentaje de votos en blanco y nulos. En las provincias que ya han adoptado este sistema, como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, se observó un aumento del 5% en promedio de este tipo de sufragios. Esto se debe en gran parte a la confusión de los votantes frente a la boleta única. Además, la primera experiencia con la BUP podría generar incertidumbre y errores al momento de emitir el voto, afectando la validez de estos.
No menos importante que lo antedicho es el impacto en la dinámica política que traerá aparejada la BUP. Sobre todo en aquellas provincias donde no se aplica este sistema para las elecciones provinciales y, por lo tanto, municipales. En estos distritos, que seguramente desdoblarán las elecciones locales de las nacionales, se espera que los intendentes ganen mayor protagonismo al no estar condicionados por las figuras nacionales y el famoso arrastre electoral.
Este cambio podría derivar en un fortalecimiento de los intendentes, generando una dinámica política diferenciada y menos dependientes de los liderazgos nacionales. Esto, naturalmente, tiene un epicentro muy marcado en el conurbano bonaerense, en donde el kirchnerismo suele condicionar la conformación de las listas gracias al peso electoral de Cristina Fernández en esa zona del país.
En conclusión, la Boleta Única Papel promete traer tanto ventajas como desafíos para el sistema electoral argentino. Mientras que por un lado incrementa la transparencia y equidad en el proceso, por otro plantea la necesidad de que el nuevo sistema sea claro para los votantes. Además, sus implicancias en el escenario político, particularmente a nivel local, podrían transformar la forma en que se hace política y se construyen alianzas de cara a los comicios de 2025.