Comenzar las campañas movilizando a los propios: el ejemplo de Kamala Harris
El máximo de una campaña electoral es cuando esta es apropiada por la ciudadanía y se transforma en un movimiento. Hacer de la campaña un acontecimiento con fuerte impronta emocional, que movilice a los votantes, no solo a votar, sino a participar de manera activa, en pos del triunfo electoral y el proyecto político en cuestión.
Una de las claves de las campañas, entonces, está en saber movilizar a las personas. Para eso toda estrategia debe comenzar teniendo claramente identificado a los votantes de la base propia y destinar sus energías iniciales hacia ellos. Movilizar a los propios resulta mucho más factible que movilizar a los votantes blandos o indecisos.
En el casi imprevisto comienzo de campaña de Kamala Harris por la presidencia de Estados Unidos se pudo observar mucho de eso. Comenzar por los propios para luego ampliar la base de votantes y en especial a los activistas demócratas y los voluntarios.
Kamala brindó su primer discurso de campaña este lunes 22 en Delaware, donde entre otras cosas dejó una frase que fue reproducida en medios y redes sociales: «Háganme caso cuando digo que conozco el tipo (de persona) que es Donald Trump», dijo al referirse a su antiguo papel como fiscal del estado de California y aludir al prontuario de su contrincante.
En su breve pero enérgico discurso de algo más de 10 minutos, la actual vicepresidenta se dirigió especialmente a la base demócrata y en particular a los segmentos donde ella personalmente tiene su fortaleza: las mujeres, las mujeres negras y la población negra en general. La referencia a las mujeres negras ha sido un elemento presente en los discursos de Harris desde que asumió como vicepresidenta de Biden. Ya forma parte de su discurso. Sin embargo, en esa ocasión, Harris habló de la violencia de género, la prohibición al aborto promovida por Trump.
Este lunes en Delaware, Harris hizo un fuerte apelo a los votantes y movilizó a su base. Cabe mencionar un fragmento particular de su intervención en donde primero interpeló al público presente: “¿Queremos vivir en un país de libertad, compasión y estado de derecho o en un país de caos, miedo y odio?”, a lo que el auditorio respondió con un rotundo “¡No!”. Para luego agregar: “Aquí está la belleza de este momento: cada uno de nosotros tiene el poder de responder esa pregunta. El poder está en el pueblo. Cada uno de nosotros tiene el poder de responder esa pregunta. Y en los próximos 105 días tendremos trabajo que hacer. Tenemos puertas que tocar, tenemos llamadas telefónicas que hacer, tenemos votantes que registrar y tenemos una elección que ganar”. Palabras certeras para la movilización de su base, interpelando directamente, recurriendo a imágenes concretas y a la activación de emociones mediante la repetición de palabras (“tenemos que”).
Por otra parte, la recaudación de más de 100 millones de dólares en apenas un día viene a reafirmar el entusiasmo inicial que suscitó su lanzamiento a la vez que lo retroalimenta como el primer gran acontecimiento de campaña. Esto también es bastante endógeno del Partido Demócrata y sus aportantes, pero desde allí tiene el potencial de contagiar el entusiasmo al resto de los votantes. “Somos una campaña impulsada por la gente”, dijo la candidata, haciendo honor a la idea de las campañas como movimientos.
Kamala en sus primeras horas como virtual candidata demócrata a la presidencia cumplió con el manual de movilizar a los propios en el inicio de la campaña. A partir de ahí, deberá ir ampliando su base electoral, buscando nuevos segmentos y los mensajes que le permitan alcanzar la mayoría en los estados clave.