Los secretos del storytelling y el storydoing
En tiempos en donde la atención es un recurso escaso, las técnicas de comunicación tienen que ser lo más efectivas posibles. El storytelling y el storydoing nos permiten hacernos lugar en medio de la enorme cantidad de anuncios y estímulos que disputan la atención de las personas, transmitir nuestro mensaje y tener recordabilidad.
El storytelling es sencillamente el arte de contar historias. Aplicado a la comunicación, de lo que se trata es de poner en formato de historia al mensaje que queremos transmitir. Pero ¿por qué el storytelling nos permite llegar mejor a nuestro público?
Las historias nos permiten empatizar con el protagonista, sentir a través de él y compartir el deseo de que logre alcanzar el objetivo que lo moviliza. De ahí que a la hora de comunicarnos, contar historias tiene un atractivo especial.
Además, los seres humanos crecemos y aprendemos escuchando historias. Desde la infancia narramos nuestras vivencias, desde las más cotidianas hasta las historias de nuestras vidas. Por eso, el formato de las historias está profundamente anclado en nuestra forma de entender el mundo.
La estructura de toda historia tiene tres partes: comienzo, medio y fin. En el comienzo se presenta al personaje y el contexto; en el medio se plantea un problema, adversidad o necesidad a ser resuelta; y en el fin la resolución. Además, la estructura básica de una historia nos indica que debe tener un protagonista, un antagonista (puede ser personal o impersonal, como una problemática social), cambio y tensión.
La carga emotiva nos asegura el impacto de la historia y su recordabilidad. A mayor tensión en el nudo de la historia, mayor serán las emociones generadas con su resolución.
Emparentada con la técnica del storytelling encontramos al storydoing. El storydoing es el arte de contar historias mediante acciones: pasar de las palabras a la acción.
El storydoing es una técnica desarrollada más recientemente y que es muy utilizada en redes sociales. Las historias de Instagram son un excelente formato que nos permiten contar una breve historia narrada por medio de hechos.
Si en las historias necesitamos de un protagonista, en el storydoing es importante que ese protagonista sea el político, candidato o gobernante en cuestión. Él mismo llevando adelante las acciones que hacen a la historia El storydoing muestra al político haciendo, inmerso en una secuencia de actividades que tienen valor en sí mismas y forman parte de una narrativa más amplia.
Desde la firma y anuncio de un acto administrativo que da inicio a una obra pública, hasta su inauguración, pasando por el inicio de las obras propiamente dichas y recorridas para mostrar el avance de la obra. Todo eso puede ser mostrado en diferentes piezas a las que se puede reunir en una única publicación posterior.
Tanto el storytelling como el storydoing tienen que contar historias atractivas a los ojos de la gente y deben transmitir sentimientos y valores compartidos. Solo de esa forma se puede llamar y mantener la atención, conectar y ser recordados.
En el caso de las dos técnicas antes de empezar hay que definir tres cosas básicas: qué queremos contar, con quién queremos conectar y con qué objetivo.
Por ejemplo, en una gestión municipal podemos querer comunicar la inauguración de un nuevo centro de atención familiar. Por lo tanto podemos definir que queremos contar que el municipio ha escuchado la demanda de más asistencia a las familias en determinado barrio y actuado en consecuencia. La población objetivo del mensaje van a ser las madres del barrio en cuestión, y nuestro objetivo será el de posicionar al intendente como alguien sensible, cercano a la gente y con capacidad de gestión.
Una buena comunicación gubernamental se traduce siempre en una mejor imagen, y una mejor imagen se traduce en más fortaleza para el político. Bien utilizados, el storytelling y el storydoing son técnicas efectivas para lograr esos objetivos. ¡A perfeccionar ese arte!