¿Fin de la larga luna de miel de Milei?
El paro nacional de este 9 de mayo no fue solamente un paro promovido y orquestado por la dirigencia sindical, que por medio de su poder puede efectivamente parar el país, y así lo hizo. El paro expresó el malestar de amplios sectores de la sociedad con el rumbo del gobierno. A diferencia del paro del 24 de enero, este llega en un momento en donde las consecuencias del modelo económico comienzan a sentirse. La larga luna de miel de Milei puede haber terminado.
Después de cinco meses en donde la sociedad aguantó las medidas de shock manteniendo firme su ilusión de que las cosas van a mejorar, hoy no se avizoran mejoras en el corto plazo. Más bien lo contrario: comienzan a emerger las peores consecuencias de la recesión, como ser las suspensiones y los despidos. De acuerdo a algunos sondeos, el desempleo repunta como una de las principales preocupaciones después de años en los que no era un tema entre los destacados.
A su favor, el gobierno ha dado pasos de pragmatismo. En el plano político, esos pasos fueron efectivos, dados con tal elegancia que ni parecieron una claudicación en la guerra contra la casta. La tramitación de las Bases da cuenta de esa efectividad. El recálculo del oficialismo rindió sus frutos en Diputados.
En el plano económico, en cambio, los pasos de pragmatismo no mostraron ni la misma elegancia ni mucho menos la misma efectividad. La intervención por la vía judicial en el precio de las prepagas no solo fue ríspida y resquebrajó el discurso libertario, sino que además al final de cuentas los usuarios no constataron la reducción del valor en sus facturas. En cuanto a energía eléctrica y gas, el gobierno pateó la quita de subsidios para septiembre, pero actualizó el cuadro tarifario, por lo que ya están habiendo aumentos muy importantes. Industriales y comerciantes advierten que los costos podrían poner en jaque sus negocios.
Dentro del proyecto de ley Bases está el RIGI, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, el cual suscitó la resistencia de distintos sectores industriales y pymes e incluso de la Unión Industrial Argentina (UIA), que venía teniendo una buena relación con el gobierno. Todos coinciden en que el RIGI así como está significa competencia desleal en favor de los grandes capitales extranjeros.
En este contexto, el paro del 9 de mayo podría servirle al gobierno de advertencia de que algo debe cambiar. Pero por ahora se lo ve confiado en base a los buenos datos de las encuestas de opinión. Lo que el gobierno quizás pasa por alto es que el rumbo económico quizás podría encaminar la política hacia una convergencia de fuerzas heterogéneas. Incluyendo a aquellos que no necesitan copar las calles para hacer sentir su poder.
Por ahora, el gobierno se limitó a responderle al paro simplemente con palabras. El discurso según el cual al país se lo saca adelante trabajando, y no haciendo paro, tiene pregnancia en tanto el rumbo económico sea percibido como correcto. Este es el gran quid de la cuestión. ¿En qué punto estamos en relación al aguante de la sociedad ante el ajuste?¿Para dónde se mueve la opinión pública en este momento?¿Cuál es la tendencia principal?¿Hay nuevas corrientes de opinión emergentes?
En suma, es muy probable que estemos asistiendo al silencioso fin de la larga luna de miel del gobierno. Una hipótesis que la realidad se va a encargar de refutar o corroborar, pero que se asoma sin lugar a dudas como una posibilidad real delante de los efectos de la crisis que no sólo se prolonga, sino que se profundiza.